jueves, 13 de septiembre de 2012

Me reprocho..


Me reprocho a mi misma el hecho de intentar escapar de todo,
de la multitud,
de la compañía,
de la charlas vacías,
de las risas extrovertidas y fingidas,
de las mentiras, de las ataduras,
del frío y del calor,
de “la tierra firme”, de la seguridad,
de la confianza, de las cosas serias,
de una vida planeada, de seguir la corriente, de aceptar esta sociedad.
Me reprocho a mi misma el hecho de ser “egoísta” con mis momentos,
con aquellas sensaciones que solo yo entiendo,
con mis secretos, con mi misterio,
con mis vacíos y mis triunfos,
con  mis sueños guardados en cajitas que aunque los haya perdido nunca botaré.
Me reprocho el hecho de ser diferente,
de estar a la deriva,
de hacer lo que me place a cada rato,
de mi rebeldía, de mis argumentos contradictorios.
Me reprocho y luego me justifico,
y luego me reprocho el hecho de justificarme subjetivamente,
y luego me justifico argumentando que no existe otra manera de juzgarme y aunque mi parte “realista” no lo crea algún día podré escapar a la libertad,
y luego de nuevo me reprocho por querer escapar una vez más,
en un circulo que tarda noches enteras en terminar,
y en la madrugada, termino reprochándome por no haber dormido nada.
Pero en mi intento de reprocharme una vez más,
guardo esos pensamientos de gente “realista” y vacía en una bolsita,
me subo en mi cicla,
voy hasta un lugar muy alejado,
y los dejo allí,
luego pedaleo tan rápido como puedo,
y al cabo de un rato paro a descansar y me alegro por haber escapado de mis pensamientos que reprochan  mis ganas de escapar. 

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